27 Febrero, 2018
Laia Antúnez
Está ubicado en el Serrallo, el histórico barrio de pescadores de Tarragona, y tiene vistas al mar así que la propuesta gastronómica no podia ser más evidente: pescado y cocina tradicional marinera. Los responsables de El Pòsit aportan su larga experiencia tras los fogones para dar una nueva vida a este restaurante y a la vieja cofradía de pescadores de la ciudad.

En una esquina del muelle de pescadores, y con su simbólico reloj rodeado por una ancla marinera, se alza el edificio del Pósito de Pescadores, un emblema del barrio del Serrallo de Tarragona. Tras una larga rehabilitación, la vieja cofradía de pescadores abrió a finales de 2016 sus nuevos espacios: un teatro situado en la primera planta y un restaurante a pie de calle cuya gestión se adjudicó por concurso a la empresa familiar El Pósito, con más de 45 años de experiencia en la elaboración de cocina marinera.

La historia de esta familia empieza en Cambrils cuando, en el año 1973, se hicieron cargo del restaurante que se ubicaba (también) en el antiguo edificio del Pósito de Pescadores de esta ciudad costera. Su cocina basada en los productos que llegaban de la lonja se fue consolidando con los años y, aunque ese edificio fue derribado, la familia Pérez trasladó su restaurante a la plaza Mossèn Joan Batalla de la misma localidad, donde todavía hoy sigue funcionando a toda marcha.

Su espíritu y su amor por la cocina del mar no han cambiado y cuando vieron la oportunidad de instalarse de nuevo en el edificio del Pósito de Pescadores -esta vez en Tarragona- sintieron un flechazo y no dudaron en presentar su propuesta, que resultó ganadora. “Nosotros somos la segunda generación y no hemos cambiado la esencia del restaurante que empezaron mis padres en Cambrils. Trabajamos el producto del mar y también elaboramos platos tradicionales de la costa tarraconense como las calderetas, la romescada con rape y los fideos rossos”, nos dice Ángel Pérez, uno de sus responsables.

Pero no se conforman solo con eso y cuentan con carta mucho más amplia, a base de platos sencillos pero que beben de los preceptos de la cocina mediterránea. Entre las ensaladas, abundantes y variadas, se puede apostar por la de melón y gambas. La crema de galera y cigalas es densa y gustosa, mientras que la oferta de arroces es apta para todos los paladares: de pato y setas; con boquerones y ajos tiernos; caldoso con bogavante; negro; de marisco; con costilla, butifarra y garbanzos, etc. La lista es larga.  

Todo está pensado para compartir, como las raciones de croquetas, calamares a la romana y pescaíto frito o los diferentes combinados de pescado y marisco que ofrecen, y que son seña de identidad de la casa. La materia prima, aunque no proviene en su mayoría de las aguas tarraconenses, es fresca y de calidad: gambas, cigalas, rape, navajas, etc. También se pueden pedir platos de pescado como el lenguado a la plancha, la merluza al horno con almendras o la lubina a la papillote con verduras. Elaboraciones sencillas y sabores reconocibles. Quien quiera carne, también dispone de alternativa.

Un consejo. Vale la pena visitarles entre semana y gozar, con calma y con menos bullicio de comensales, de las vistas que sus amplios y luminosos ventanales nos ofrecen. El mar, las barcas y el trajín del puerto. Un placer con sabor a mar.

Moll de Pescadors, 25
El Serrallo
43004 Tarragona Tarragona
España

977 89 63 86
De lunes a viernes de 12.30 a 13.30 y de 20 a 21 h

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