Arenales

Arenales, el rincón de la comida honesta
Arenales
Arenales
18 Enero, 2022
Marti Buckley
Platos de ingredientes humildes, asados al punto de caramelizarse o cocidos a baja temperatura, perfumados con especias y hierbas aromáticas. La oferta de Arenales se resume así de fácil, pero la verdad es que no es tan fácil encontrar una propuesta tan extrema en San Sebastián, la tierra de los pintxos y la cocina vasca.

Arenales se sitúa en plena boulevard de San Sebastián, en el nexo de los pintxos y la cocina tradicional típica vasca. Sin embargo, desde que abrieron el local en marzo de 2018, Cynthia Pereira y Santiago Torres Carrossia han ido alejándose cada vez más de lo clásico, acercándose al ser un restaurante único en la zona.

Descubrir Arenales es descubrir una verdadera joya. El local es pequeño, pero lo que más impresiona es la cocina enana, donde salen una cantidad de platos flipante cada servicio, todo bajo la mirada de Santiago. No es solo la cantidad que sorprende sino la delicadez de los platos, como las zanahorias asadas que llevan astillas de almendra, menta fresca rota, una crema de queso local y una vinagreta de anchoa. Son pequeñas obras de arte, aparte de ser productos y combinaciones no tan habituales en la cocina local.

Arenales

Boulevard Zumardia, 11
San Sebastián Guipúzcoa
España

Una carta con influencia global

La pareja argentina abrió Arenales como proyecto lleno de su personalidad y su pasión. Lo renovaron por completo, haciendo casi todo ellos, adaptando como han podido y creando un ambiente DIY chic por el camino. La madera de la entrada que marca la puerta y las ventanas es lo que había después de lijar años de barniz, un tono clarito bonito. La decoración es de mercadillos de segunda mano de Francia y España. El resultado es un lugar cercano, que respira historia y vida. 

Plato

Al abrir, su idea era estar abierto todo el día, desde el desayuno hasta la copa post-cena. Sin embargo, esa idea ha ido refinándose y ahora Arenales da servicio de comidas y servicio de cenas. Todavía hay una selección de pintxos sencillos, para los del barrio que quieren picar algo rápido —en Arenales se llaman “tostas de la barra”. Pero el enfoque está en la carta, una minuta que está diseñada para compartir. La idea es probar toda la carta entre una mesa, lo cual apetece tras echar un vistazo a la oferta —pobrecito el que tenga que elegir entre el brioche caliente y tierno de morcilla y los raviolis caseros de calabaza.

La cocina es sincera —Santi va a los mercados de Donostia todos los días. Compra la verdura de los caseros que tiene en frente, luego pasa por San Martín, y el marisco lo compra en Sagastume, una tienda familiar del año 1939 que tiene al lado. El objetivo de su cocina es presentar el producto en su estado natural, sin hacerle “nada raro”. Un ejemplo puede ser la ensalada de txitxarro, decorada con endibia, aliñado sencillamente, y servido con foie micuit hecho en casa. A pesar de haber trabajado en I+D de Mugaritz y haber pasado por otras cocinas de la ciudad y de Relais & Chateaux, Santiago mantiene una sencillez exquisita en su propio restaurante.

Plato

En cuanto a la influencia argentina en la carta, hay algunos guiños. La entrécula, un corte que sale espectacular viene con salsa chimichurri, una salsa típica de Argentina que se hace con perejil, orégano, ajo, aceite y vinagre, y que acompaña carne asada a la perfección. De postre, hay un panqueque con dulce de leche, uno de los dulces más típicos y reconocidos de Argentina.

El horario de Arenales es de lunes a sábado. El servicio de comidas es de 12 a 17h y el de cenas de 19 a 0.30h. La cocina del restaurante abre todo el día los sábados cuando llega el verano. 

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