
Sanbermut, picotear y compartir platillos y bocatas gourmet

El nombre ya lo deja claro: este es el local perfecto donde picotear y tomar un vermut sin prisas. Pero en Sanbermut hay que probar sus platillos y bocatas gourmet, como el pepito de solomillo al café de París o el bikini con mozzarella trufada.
Picar unas aceitunas y unas bravas, lo podemos hacer en cualquier rincón de Barcelona, pero degustar un steak tartar, un pepito de solomillo al café de París o un queso Tomino con miel trufada en plena calle Mandri, ya es otra cosa. Sanbermut ofrece la combinación perfecta para disfrutar comiendo y bebiendo sin prisas: platillos y tapas para compartir, buenos bocadillos y postres caseros.
Víctor Colomer y Darío González abrieron este local en 2017, en una de las calles más concurridas del upper Diagonal. Su apuesta: crear el tipo de bar al que ellos mismos querrían acudir al terminar de trabajar. Cocina con producto de temporada y de calidad, bien hecha pero sin pretensiones, "todo elaborado en casa y con mucho cariño", resume Colomer.
Uno puede optar por sentarse en la gran terraza exterior o bien adentrarse en una primera zona que invita a entrar, con los panots característicos de las aceras de Barcelona y mesas de mármol que remiten a las bodegas y al vermut. Dentro, un gran espacio con mesas altas y barras aquí y allá. Porque cuando se trata de compartir un vermut, una caña bien tirada, un afterwork o una cena distendida, todas las opciones son buenas y, cuanto más informales, mejor.
Al comensal se le va la vista rápidamente hacia el apartado de la carta que indica bocados. Y allí acierta, seguro. Una de las estrellas de la casa encabeza la lista: el pepito de solomillo al café de París, un pequeño homenaje de Colomer a la época en que vivió como un parisino más. Le van a la zaga el planchado ibérico con mozzarella y trufa; el mollete de calamares y el que contiene chistorra, queso y chimichurri; y el sabroso pulled beef, con mayo de chipotle y piquillo confitado.
Esto ya nos da una pista de la apuesta de la cocina en el apartado de carnes y pescados, breve pero intenso: tartar de atún y guacamole, calamares a la andaluza, pollo crujiente, los inevitables dados de solomillo al café de París y un must de la casa: el steak tartar con la yema de huevo de codorniz y un punto picante muy acertado.
Entre las tapas, no podían faltar las croquetas de jamón ibérico o de setas; la burrata, servida con tomate semiseco y pesto; los huevos estrellados con jamón ibérico, morcilla o sobrasada; y las tradicionales bravas y bombas de Barcelona.
Por supuesto, en Sanbermut hacen una apuesta clara por el vermut y se atreven incluso con combinados con esta bebida tan de moda. Además, también sirven cañas bien tiradas.
Para acabar, no nos olvidamos de sus postres caseros. Destacamos sus paquetitos de crema, crujientes y sabrosos, maravillosos para compartir. Se puede optar también por su tiramisú, la tarta de queso con galleta y frutos rojos o el cremoso de chocolate con aceite y sal. Sanbermut goza ya de una clientela fiel del barrio, que ha encontrado aquí su rincón donde compartir una buena cocina, un buen aperitivo y, por supuesto, un buen ambiente. Quién prueba, repite.
Fotos: Flaminia Pelazzi.
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