En sus tres años de camino, el equipo de Palodú se enfrenta ahora a un nuevo reto: evolucionar en su carta desde un formato de tapa gastronómica a una cocina de producto donde le dan un valor añadido a las elaboraciones y a la técnica. Este paso ha supuesto un reenfoque en la cocina que ofrecen, más enfocada ahora a que el comensal perciba lo que hay detrás de cada una de las propuestas de la carta y haciendo lo que les gusta: cocinar con el corazón. Han trabajado durante meses para presentar esta nueva propuesta, que ha venido acompañada de un nuevo acondicionamiento del restaurante, convirtiéndolo en un espacio coqueto de tan sólo doce mesas en la que siguen incluyendo una agradable terraza. Palodú continúa siendo estandarte de la buena cocina, ahora desde otra perspectiva, la de Cristina y Diego, que además de enamorar con su forma de entender la gastronomía lo hacen también con su personalidad.
Respetando al máximo el producto, su tratamiento y la estética de los platos, Cristina y Diego trabajan los guisos tradicionales combinados con elaboraciones más actuales. Entre sus nuevas propuestas podemos encontrar el kebab de pato Pekín, un bocado muy redondo para comenzar el pase y seguir con su ceviche de corvina y leche de tigre de cilantro, una elaboración con todo el sabor de este plato peruano, sus aromos y sus cítricos. Entre las entradas o primeros platos también encontrarás tiradito de gamba blanca, tartar de atún rojo o el pulpo cocinado al vacío con alga kombu y cristal de soja (un plato donde encontrarás técnica), además de otros clásicos de la cocina como patatas bravas, ensaladilla rusa, croquetas caseras o su famoso canelón de aguacate y salmón que han mantenido en la nueva carta.
Te recomiendo también su mollete de pluma ibérica, teriyaki y mozarella, combinación interesante, el bocata d calamares con ajonesa y el ajoblanco de anguila ahumada y cerezas dulces, que te resultará una combinación muy armoniosa.
Entre los platos más contundentes vas a encontrar alguno del mar, como la merluza con patata machada con fumé, gazpachuelo y almejas (uno de sus platos estrella) o el guisito de jibia, salchicha de pavo y haba de soja, o el rabo de toro guisado en cerveza negra artesanal, apio rave y ensalada de pera, un plato que he probado y que es digno de admiración, un imprescindible que debes poner en tu comanda cuando visites Palodú. Tardan tres días en elaborarlo y está hecho con sumo cariño, algo que vas a notar cuando te lo traigan a la mesa. Estoy segura de que se va a convertir en uno de esos platos que no podrán suprimir en los futuros cambios de carta, pues ya se ha convertido en uno de los platos estrellas de su renovada carta.
Otras sugerencias que te voy a hacer es el tartar de solomillo macerado y queso crema, el risotto de setas con muslito de pavo y las albóndigas de cordero morunas y almendra tostada, platos en los que querrás recrearte.
En la sección de postres ofrecen varias opciones y todas caseras. Su tarta de queso de cabra y tierra de nueces es muy original en presentación y muy rica en sabor, no te la pierdas. Para los golosos cuentan con chocolate con bizcocho de especias y yuzu y tiramisú crujiente con sopa de pistacho y plátano asado. Pero si prefieres alguno con fruta, tienes también la opción de pedirte un flan de fruta de la pasión con nube de algodón.
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