Los 5 sabores de helado más extravagantes de Málaga

Los 5 sabores de helado más extravagantes de Málaga
Los 5 sabores de helado más extravagantes de Málaga
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Aun así, en España, el consumo de helado sigue estando relacionado con el verano al considerarse un producto de refresco, y no un alimento, al contrario que ocurre, por ejemplo, en países como EEUU, Suecia, Finlandia o Suiza, que son grandes consumidores. Por eso algunos heladeros piensan que el helado de invierno es una batalla difícil de ganar.

Estos datos se ven contrarrestados con el gasto anual en helados que hace cada español, que ronda casi los 42 euros por persona, según los datos manejados por la organización del Salón Internacional de Panadería, Pastelería, Heladería y Café, lo que viene a constatar que los españoles somos muy ‘heladeros’, aunque sólo sea en los meses de verano.

Origen del helado

No hay un dato histórico totalmente documentado del origen del helado. Algunos expertos lo sitúan en China siglos antes de la era cristiana, donde se mezclaba nieve de las montañas con miel y frutas; otros, afirman que su origen está en los ‘sharbets’ (sorbetes) árabes, a los que añadían zumos de frutas. Hay quienes apuntan a la corte de Alejandro Magno al hablar de frutas mezcladas con miel que se servían heladas y se conservaban en ánforas bajo la nieve. A Marco Polo se le atribuye el hecho de divulgarlo, y a los reyes y los nobles el gusto de tomarlo, ya que era un producto no accesible a todas las clases sociales. No fue hasta 1660 cuando el italiano Procopio inventó una máquina que mezclaba hielo, fruta y azúcar. De esta forma fue como se popularizó el helado, y fue en el siglo XVIII cuando sus recetas empezaron a introducirse en los libros de cocina. En 1846 surgió la primera heladera industrial en EEUU y en 1913 la primera máquina que elaboraba helados de forma continua y con consistencia helada. Una muestra de que la tecnología popularizó el consumo de este rico producto que hace las delicias de pequeños y mayores.

Tendencias y sabores

La tendencia del sector heladero ha pasado en unos años por adoptar sabores nada tradicionales. De los sabores de fresa, limón y turrón hemos pasamos a tomar los de Kinder, Oreo o tarta de queso. Hay quienes se han atrevido con sabores tan extravagantes y nada apetecibles como el chorizo o la tortilla de patatas y en la restauración es cada vez más habitual probar sabores salados como el foie, la mostaza o el queso de cabra, que armonizan a la perfección con platos gastronómicos.

En Málaga, además, se ha apostado desde hace unos años por incluir una variedad de sabores muy autóctonos que van desde las frutas hasta los dulces típicos. Entre los sabores más tradicionales están el de helado Málaga, que tiene entre sus ingredientes vino dulce y pasas, ambos productos muy típicos de la provincia.

Otro de los helados por el que apuestan algunos obradores y que ha causado furor es el de torta loca, un dulce malagueño elaborado a base de hojaldre, crema pastelera, glaseado de yema y guindas. Su base helada se mezcla con tropezones del dulce y ha creado auténticos adictos a este sabor. O el de bienmesabe, un postre típico de la localidad de Antequera, elaborado a base de almendras y almíbar de cidra.

También los helados de frutas tienen su propio sello malagueño. Por ejemplo, el de mango de la Axarquía, con un sabor realmente especial, ya que el clima de esta comarca favorece su cultivo y ha propiciado que se convierta en la zona que más kilos produce y exporta de esta fruta en todo el país.

Como anécdota, mencionar que una heladería de la barriada de El Palo presentó un helado de salchichón de Málaga en una de las ferias de producto que se celebran en Málaga capital. Un sabor singular que creó expectación, pero que no se comercializa, al igual que el helado de aguacate, con el que se atreven algunos restauradores para ensalzar platos como el tartar de salchichón malagueño, pero que, de momento, no hemos visto en las vitrinas de las heladerías malagueñas.